Problemas de fertilidad
Buscando el embarazo, los problemas de fertilidad se consideran una crisis vital, algo inesperado que nos desborda y tiene un coste físico y emocional.
La ilusión y proyecto de ser padres se alterna con la angustia de no conseguirlo, viviendo síntomas de ansiedad, tristeza, pérdida de control, soledad, miedo, parálisis, frustración, etc.
Cada persona venimos de una historia y aprendizaje diferentes, por lo tanto, el asesoramiento comienza teniendo en cuenta nuestras circunstancias personales únicas: deseos, necesidades, formas de afrontamiento, valores, manejo emocional y expectativas. Por otro lado, exploraremos de dónde vengo yo para comprender quién soy hoy y quién quiero ser.
Es un espacio de encuentro para procesar mis emociones aceptando e integrando mis vivencias y las de mi pareja, si la hay.
En la consulta se explora el deseo de hijo, se trabajan los pensamientos obsesivos, creencias irracionales o conductas desadaptativas si los hay, a la par que se potencian nuestras habilidades.
En ocasiones las parejas tienen diferentes deseos respecto a ser padres y a cómo proceder. En este espacio podremos sacar temas difíciles que no nos atrevemos a decir en casa.
Se acompaña los tratamientos de reproducción asistida para que no se pierda la identidad de la persona en búsqueda, también se trabajan nudos emocionales que pueden estar influyendo en el proceso.
Los problemas de fertilidad a veces son incomprendidos, juzgados o se les resta importancia por el entorno de la pareja que con buena intención trata de ayudar pero en realidad pueden aumentar el aislamiento y la distancia emocional. Se valorará el apoyo psicosocial de la pareja.
En ocasiones hay que recurrir a la donación de gametos, lo cual puede provocar dudas, incertidumbre, fantasía acerca de mi identidad como madre o padre o sobre mi descendencia, para todo esto se crea un espacio donde exponer, procesar y se acompaña la toma de decisiones.
Algunas veces en la terapia salen facetas de la vida que pueden estar “comiendo” una parte importante de nuestra energía y que podemos tener normalizadas, asumidas. Por ejemplo, puedo tener un trabajo horrible, o un asunto relacional que pasó hace tiempo y no pude procesar, o estoy cuidando y no lo hago consciente.
En mi práctica veo que las personas que tienen su energía “comida” por diferentes asuntos, tienen mayor dificultad para embarazarse. A lo que yo llamo faltar la energía puede venir por distintas razones como, tener un locus de control externo, sensaciones internas que me paralizan, necesidad de control excesivo, dejar de ser yo misma por necesidad de vincular, desconexión conmigo porque no permito que aflore todo lo que soy o siento, etc.
Cuando bloqueamos nuestros canales emocionales y no lo sabemos porque lo tenemos normalizado, cuando realmente nuestro ser o identidad está al servicio de determinadas luchas/personas /dinámicas de vida, depende del caso serán unas u otras, el embarazo se hace mas difícil.